El Dr. Rodrigo Espíndola será presidente de la Subcomisión de Productos No Fermentados de la OIV: Un impulso para la industria de la uva y la pasa en Argentina y el mundo

Su liderazgo abre nuevas oportunidades para la producción y comercialización de uva de mesa y pasas. Cuáles son los desafíos globales y nacionales, las estrategias para mejorar la inocuidad y la calidad, y la importancia de posicionar a San Juan en el mercado internacional.

El nombramiento del Dr. Rodrigo Espíndola como presidente de la Subcomisión de Productos No Fermentados de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) marca un momento decisivo para la industria vitícola de Argentina. A partir de 2025 y hasta 2029, asumirá este desafío representando a la delegación argentina y liderando un grupo clave en el futuro del sector de la uva de mesa y la pasa.

Espíndola, con una vasta experiencia en el ámbito vitivinícola, particularmente en la región de San Juan y Mendoza, ha dedicado más de dos décadas al estudio y desarrollo de la producción de uva de mesa y pasas. Este recorrido lo posiciona como un referente que no solo entiende las complejidades del sector en Argentina, sino que también tiene una visión global sobre las tendencias y desafíos que enfrenta la industria en el contexto de la OIV.

En una entrevista a la Mesa Vitícola, compartió su entusiasmo por este nuevo rol, destacando las oportunidades que su nueva posición trae, tanto para Argentina como para los otros países miembros de la OIV. “Es un gran honor y responsabilidad. He seguido el trabajo de la OIV desde mis primeros años en la viticultura, y hoy formar parte de esta organización y poder influir en las decisiones que marcarán el futuro de la vitivinicultura mundial es un sueño hecho realidad”, comentó.

La importancia de la OIV en el escenario mundial

La OIV, con sus raíces en 1924, es una organización intergubernamental que se enfoca en los aspectos científicos y técnicos de la producción de uvas, vino y otros productos derivados de la vid. Con 49 países miembros, la OIV actúa como un foro para el desarrollo de normativas internacionales que promueven la producción sostenible y protegen tanto a los productores como a los consumidores.

Entre sus principales objetivos, la OIV busca armonizar las normativas a nivel global, lo que resulta fundamental para el comercio internacional de productos vitivinícolas, incluidas la uva de mesa y las pasas. En este sentido, la subcomisión que liderará Espíndola tendrá un rol central al influir en las políticas de producción y comercialización de estos productos no fermentados.

“Uno de los grandes desafíos de la OIV es la creciente preocupación por el consumo de productos alcohólicos y cómo el sector vitivinícola puede adaptarse a una demanda global que busca alternativas más saludables”, señaló Espíndola. En este contexto, los productos no fermentados, como las pasas y la uva de mesa, cobran relevancia, ofreciendo a los consumidores opciones nutritivas y sostenibles.

Desafíos y oportunidades para Argentina y el mundo

Espíndola destacó que su trabajo en la OIV no solo beneficiará a nivel global, sino que también tendrá un impacto directo en la industria local, especialmente en San Juan, una de las principales regiones productoras de pasas y mosto en Argentina. “Conozco de primera mano las demandas del sector sanjuanino, y este nuevo rol en la OIV nos permitirá abrir puertas para mejorar las condiciones de producción y comercialización”, comentó.

Uno de los aspectos más relevantes que mencionó fue la necesidad de alinearse con las normativas internacionales, especialmente en lo que respecta a la inocuidad de los alimentos. En Argentina, la Ley Nacional 2028 de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) establece normas estrictas para la producción de frutas y hortalizas, incluyendo a las pasas. Estas normativas no solo aseguran la calidad del producto, sino que también responden a la creciente preocupación de los consumidores por la salud y la seguridad alimentaria.

En este sentido, hizo hincapié en la importancia de actualizar los antiguos decretos de la OIV para que reflejen las nuevas demandas del mercado. “Debemos integrar seguridad, salud, medio ambiente y tecnología para lograr una producción rentable y segura”, afirmó. Además, mencionó que uno de los grandes desafíos será trabajar en la reducción de la ocratoxina A, una toxina relacionada con fallas fitosanitarias que afecta la calidad de los productos.

Proyección internacional y cooperación

El liderazgo de Espíndola en la Subcomisión de Productos No Fermentados también abre nuevas oportunidades para la cooperación internacional. La subcomisión trabaja con países como Turquía, China, Sudáfrica, Chile y Perú, todos grandes productores y consumidores de uva de mesa y pasas. “Nuestro objetivo es negociar acuerdos que beneficien a todos los países miembros, siempre buscando el crecimiento y desarrollo del sector”, explicó.

Este enfoque colaborativo será crucial para enfrentar los desafíos globales y promover prácticas sostenibles que aseguren el futuro de la vitivinicultura. La OIV, con su enfoque científico-técnico, continuará siendo un pilar en la elaboración de normativas que respondan a las necesidades de los productores y consumidores, y bajo esta nueva conducción, Argentina tendrá una voz fuerte en este proceso. “Este logro va de la mano con el trabajo conjunto de Carla Aruani, Alejandro Marianetti y Claudia Kini”, comentó con emoción.

El nombramiento de Rodrigo Espíndola como presidente de la Subcomisión de Productos No Fermentados representa un gran avance para Argentina en el escenario internacional. Su experiencia y visión, sumadas al respaldo de la OIV, permitirán al país jugar un rol clave en el desarrollo de la industria de la uva de mesa y las pasas, tanto a nivel local como global.