Por la falta de respuestas del servicio hídrico provincial aumentan los riesgos de grave crisis en el sector.

La grave situación en la gestión del agua amenaza con emperorar la crisis hídrica, debido a deficiencias en mantenimiento, control y medición que impiden una distribución eficiente y sustentable del recurso hídrico en la provincia.

En la actualidad, la problemática del agua en San Juan trasciende las variables climáticas y pronósticos: la verdadera gravedad reside en la situación actual de limpieza, mantenimiento, infraestructura y gestión diaria de los canales de riego.

Según el pronóstico, el escurrimiento para la temporada 2025-2026 será de 950 hectómetros cúbicos (un 24 % menos que el año hídrico anterior), sin saber el sector aún cuánto va a ser la distribución para riego, teniendo en cuenta además las pérdidas por evaporación (diques y canales), el consumo humano prioritario, y el saldo a favor de volumen acumulado en los diques del anterior año hídrico, posible gracias a que el sector vitícola resignó el riego de entre un 60 a 70 % de la superficie con derecho a riego.

Es por estos motivos que el volumen destinado a distribución el presente año será bajo, en detrimento del gran porcentaje de superficies a cultivar que implican olivo, pistacho, vid, entre otros. Debido a ello, es imprescindible que el sistema de distribución funcione de forma eficiente, asegurando la continuidad de las economías regionales de las cuales dependen numerosas familias.

Los canales matrices sin limpiar, algunos con árboles dentro, tanto como el deterioro y la falta de acondicionamiento de las obras de arte – encargadas de la distribución equitativa en estos canales además de los principales y secundarios -, llevan a que el agua se pierda antes de llegar a las compuertas. A fin de compensar las pérdidas y cubrir lo que corresponde en compuerta, se envía más agua, es decir que se gasta excesivamente en recurso hídrico aunque el volumen final que le llega al usuario es mínimo.  

Por otro lado, los encargados de la correcta distribución en los canales, celadores y llaveros, enfrentan graves problemas; primero, el número de personal es insuficiente en función de la necesidad de cada departamento, segundo, el método de contratación resulta inadecuado, con sueldos bajos, sin movilidad para trasladarse y falta de recategorización correspondiente a planta permanente. Todo ello conlleva a un control insuficiente del recurso, lo que posibilita robos diarios de agua y falta de resolución de emergencias diarias, incrementando aún más las pérdidas. 

Las Juntas Departamentales y un grupo representativo del sector productivo de San Juan, a través de sus Cámaras, han presentado por orden de prioridad las acciones necesarias a realizar en diferentes áreas (recursos humanos, infraestructura, canales, medición), las cuales fueron recibidas, debatidas en el Consejo del Departamento de Hidráulica y sus directivos estuvieron de acuerdo en la actuación de inmediato ante la urgencia.

Sumado a ello, el Gobierno Provincial se reunió junto a la Mesa Vitícola y el resto de las Cámaras el 26 de junio del presente año (con constancia de Acta), y, a través de los Ministros, se comprometió a iniciar la ejecución de lo pedido, teniendo en cuenta, además, la declaración de la Emergencia Hídrica. Sin embargo, todavía no hay respuestas ni acciones significativas por parte del Gobierno. Según Presidentes de Junta, reunidos en el Consejo de Departamento de Hidráulica el martes 14 de octubre, el motivo de la falta de ejecución se debe a que el Departamento de Hidráulica dejó de ser autárquico, pasando a depender del Ministerio de Infraestructura, lo que genera trabas en la toma de decisiones. Con el objetivo de solucionar dicho problema, se planteó que la Fuente 12, fuente de recaudación del Departamento de Hidráulica, sea administrada por dicha repartición con los controles correspondientes, aunque desde Gobierno todavía no hay respuestas a dicha petición. 

Por otro lado, existe una alarmante falta de medición y transparencia en la gestión hídrica: no hay datos sobre el volumen entregado a los canales principales, ni sobre la ubicación actual de los acuíferos, la cantidad de perforaciones hechas, ni del caudal de extracción realizado. Es obligatorio para la comunidad sanjuanina preservar los acuíferos provinciales ya que son un recurso no renovable, que permiten la mayor acumulación de agua al no presentar evaporación, a diferencia de los diques, tal como afirma Diario de Cuyo, cuya pérdida por evaporación es de 80 a 100 Hm3, es decir, el 10% del pronóstico a escurrir. El desconocimiento de dicha información impide tomar decisiones fundadas y aplicar restricciones en la extracción, tanto de agua superficial como de reservas subterráneas. 

Un aspecto todavía más preocupante es la ausencia de infraestructura y recursos humanos adecuados para realizar la medición exacta del recurso hídrico extraído por minería u otros usuarios en zonas por encima de los diques. La provincia no cuenta con la capacidad de controlar ni cuantificar lo entregado o extraído de los acuíferos, lo que compromete la sustentabilidad del recurso. 

En definitiva, es de carácter urgente atender la totalidad de las variables a fines de lograr una gestión eficiente del agua. La falta de acciones concretas y la poca voluntad en la adecuación de los sistemas de control y medición hacen que la situación sea insostenible, y que la crisis hídrica de la provincia se agrave cada día.

Desde la Mesa Vitícola nos proponemos abrir un debate, entonces, no centrado sólo en las variables climáticas, sino en el fondo del problema: en mejorar la gestión, en priorizar el cuidado de los canales, en la mejor administración del personal dedicado a la gestión del agua por departamentos, y en asegurar la distribución adecuada del recurso vital para la sociedad sanjuanina.