Luis Kulichevsky: “Si el viñatero tuviera que asumir todo el costo por el control de la Lobesia Botrana, sería el equivalente aproximado entre 300 y 400 kilos de uvas”

En una entrevista abierta con Mesa Vitícola de San Juan, el director de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos respondió a las dudas e incertidumbres del sector.

La Lobesia Botrana, también conocida como la polilla del racimo de la vid, es una plaga que afecta a los cultivos de uva y puede tener un impacto significativo tanto en el mercado interno como en el exportador.

Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) es el encargado de la sanidad vegetal de productos agrícolas y entiende que la presencia de la Lobesia Botrana en los cultivos es sinónimo de restricciones o prohibiciones a la exportación de uva a ciertos mercados, lo que limita las oportunidades de comercio exterior.

En San Juan, Luis Kulichevsky, director de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos del Ministerio de Producción, lleva adelante las políticas de control de plagas, como la Lobesia Botrana. En una entrevista abierta, respondió a consultas frecuentes del sector vitícola de la Provincia.

1.       ¿Qué acciones concretas ha adoptado el Ministerio de Producción para tratar la Lobesia Botrana?

“Para el aporte de lo que es la Lobesia Botrana, las acciones concretas que se han llevado a través del Ministerio de la Producción de San Juan es trabajar en conjunto con la gente de SENASA, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) y también con todos los técnicos que se encuentran en la actividad privada, como así productores. Hay aportes que ha hecho la Provincia sobre todo en toda lo que es la parte de la estructura donde están los monitoreadores, las brigadas de control, el laboratorio, todo el sector de datos y mapeo de la información. Además, se ha establecido el dispositivo de entrega de agroquímicos y el asesoramiento en campo de un equipo de Ingenieros Agrónomos que, a su vez, llevan el control de la entrega de los fitosanitarios.

Entonces, el Senasa hace un aporte importante en el fondeo del programa, otro lo hace la Provincia con la estructura y una pata fundamental son los productores, con la compra de feromonas e insecticidas. Entonces, es una tarea que la han asumido entre esos tres sectores principalmente y también trabajamos con muy buena relación con la gente de Mendoza, con el ISCAMEN.”

2.       ¿Cómo es el dispositivo y qué costo tienen aproximadamente los productos por hectárea?

“Por cuarta semana, el viernes 8 finalizó la entrega de fitosanitarios para el primer vuelo de la plaga. Esta se entregó aproximadamente para un total de 9.400 hectáreas y asistieron para retirar producto desde distintos departamentos productores, a los cuales se le entregó hasta 10 hectáreas por razón social, y a aquellos productores que habían adquirido la feromona, el total de la superficie que habían adquirido de ese producto.

Si bien ya se terminó la entrega, podremos sumar unas 300 o 400 hectáreas más, con lo cual vamos a estar muy cerquita de las 10.000 hectáreas y cerca de los 800 productores.”

El productor que compró las feromonas, vamos a dar este ejemplo, el costo por hectárea es alrededor de 120 dólares y en contraprestación, la Dirección de Sanidad Vegetal de acá de la Provincia le ha entregado alrededor de 40 dólares en productos, entre el primer vuelo de la plaga que es en esta fecha y la segunda que va a ser en noviembre Si el viñatero tuviera que asumir todo el costo, sería el equivalente aproximado entre 300 y 400 kilos de uvas, como para graficarlo con lo que produce el sector productivo.

Hay que recordar que el avión que se pasa, que beneficia a todos, tiene un costo más o menos de 40 dólares por hectárea y el año pasado se hicieron 26.000 has. Este año estamos esperando también nuevos fondos, pero ya tenemos unas 13.000 hectáreas de vuelo y estamos a la espera de nuevos recursos que seguramente vendrán de Nación.”

3.       ¿Cuál es la responsabilidad que le cabe al productor y al resto de la cadena de la uva?

“Hay que recordar que esta es una plaga cuarentenaria, con lo cual es de obligatorio el control por parte de los productores.

Su participación es muy importante para que después la plaga no esté yéndose de un departamento a otro. Ahí están las acciones concretas que se hacen dentro de la finca mientras está el cultivo, pero también después hay que tener cuidado con el camión que lo traslada, la maquinaria, que no ingresen, por ejemplo, plantas infectadas.

Entonces, hay todo un control que es no solamente la plaga dentro de la finca, sino que está por fuera y, por eso, existen las barreras de control al ingreso de la Provincia.”

4.       ¿Cuál es el mejor método para el control de la Lobesia Botrana?

“Siempre remarco que la técnica de confusión sexual es el mejor método de control para la Lobesia Botrana, pero tiene que ir acompañada los primeros años de por lo menos dos tratamientos fitosanitarios: para el primer y segundo vuelo de la plaga y, a veces, es muy recomendable hacerlo con el tercer vuelo de la plaga, que es más o menos en el mes de enero.

Parte del éxito para el control de esta plaga es cuando se realizan las aplicaciones fitosanitarias, que se lo haga en tiempo y forma, que se regule la pulverizadora, que se elija correctamente el producto a aplicar, ver la calidad del agua, tanto salinidad o pH, el uso de coadyuvantes y, sobre todo, la capacitación del personal.”

5.       ¿Cómo la Lobesia Botrana puede afectar el mercado de la uva sanjuanina para exportación?

“Los problemas que ocasiona esta plaga son pérdidas por producción directa, o sea, daño directamente en el grano. A su vez, también incluye en el aumento de las enfermedades fúngicas que pueden producir, generalmente, pérdidas en la calidad de los vinos, de los mostos, de la pasa y de la uva en fresco. La ocratoxina, micotoxina que afecta a las uvas, a veces está relacionada también con el daño que produce esta plaga. Y desde ya, todas las limitaciones comerciales que hacen que no se pueda exportar sin estar promulgado o bajo protocolos que ya lo hacen mucho más difícil a su comercialización.”

6.       ¿Afecta en alguna temporada climática en particular?

“En años donde hay más lluvia, si ya se produjo un daño o una herida por la Lobesia, puede llegar a que se produzcan mayores enfermedades fúngicas que están asociadas también a la presencia del agua de la lluvia, de la humedad y de las temperaturas. Entonces, no todos los años son iguales. Nosotros tratamos de chequearlo anualmente y tratamos de dar las alertas a los productores cuando vemos que en nuestro sistema de monitoreo, compuesto por 1100 trampas en toda la Provincia, hay niveles más altos en algunas zonas.

Para poder contrarrestar esta plaga tiene que haber un compromiso muy fuerte del sector productivo, industrial, de los gobiernos y de los municipios. Acciones que no estén debidamente planificadas hacen que esta plaga tenga más posibilidad de tener éxito y cada vez sea más difícil su control.”